organizativas de la dirección revolucionaria (aquellas pocas organizaciones que incluían
estudiantes durante esos días se formaron espontáneamente según el impulso de la
movilización y además no lideraban nada).
El estudio y la interpretación de estos acontecimientos han dejado perplejos a
historiadores y sociólogos durante mucho tiempo, y todavía no existe un acuerdo total
sobre el significado de este movimiento. Como resultado de algún esfuerzo por entender
lo que estaba pasando, alguien hizo una definición que tuvo cierto éxito, cuando dijo
que la masa de estudiantes movilizados no era consciente de lo que quería pero, eso sí,
sabía muy claramente lo que rechazaba.
E
sa for
m
ulación de la situación era bastante acertada
. S
i tuviéramos que especificar contra
qué se movilizaron los jóvenes franceses, diríamos que marchaban contra los valores
ideológicos sobre los que se basaba la sociedad
. E
n aquel
m
o
m
ento no supieron percibir eso
los partidos políticos de la izquierda clásica y tradicional, incluído el Partido Comunista
Francés. Quizás ni siquiera los protagonistas de los disturbios sabrían formular eso
conscientemente por entonces. Pero estaba claro que se inspiraban en la herencia teórica
de la izquierda, en los maestros del marxismo y el anarquismo. Principalmente las obras
de Marx, Mao y Marcuse fueron la fuente y la referencia de sus esfuerzos -torpemente
articulados- de posiciona
m
iento teórico
. E
ntre sus aspiraciones
,
expresadas con pintadas en
las paredes de las facultades universitarias y otros centros culturales que ocupaban durante
sus grandes
m
anifestaciones y concentraciones
,
aparecían recla
m
aciones de clara inspiración
izquierdista
:
una superación racional de la sociedad de consu
m
o, reducción de la jornada
laboral
(
de las entonces
48
horas se
m
anales a
40
),
la liberación de la
m
ujer e igualdad de dere-
chos entre a
m
bos sexos
,
la
m
ejora de la enseñanza y la superación del carácter tan clasista
que tenía entonces la Universidad, el fin de la intervención militar estadounidense en
V
ietna
m,
rechazo del autoritaris
m
o a todos los niveles
,
libertad sexual con rechazo de la
m
oral
hipócrita sobre las costu
m
bres
, m
ejora de las relaciones entre el
N
orte y el
S
ur
,
etc
.
D
urante varias se
m
anas
,
el poder político existente
,
que no había previsto esa explosión,
no supo reaccionar
m
ás que con la represión policial
. T
ras la incorporación de más capas
sociales a los disturbios y denuncias sociales, se produjeron dos fenómenos que contri-
buyeron a desactivar la convulsión revolucionaria. Por una parte, cuando la agitación
social alcanzó el nivel más alto posible sin pasar a la fase de asalto al poder, tampoco
las fuerzas políticas de la izquierda organizada supieron brindar al movimiento alguna
solución política dentro del marco institucional existente. Se puede entender que los
partidos institucionales de izquierda no quisieran emprender la aventura de basarse en
disturbios callejeros para romper la legalidad política con consecuencias imprevisibles.
P
ero no es tan co
m
prensible que esas fuerzas no fueran capaces de articular política
m
ente
el
m
ovi
m
iento adoptando sus justas de
m
andas y aprovechar su i
m
pulso para iniciar un pro-